El Trabajo sobre Sí, el coraje de Ser.
El Trabajo sobre Sí como camino de Transformación es un continuo dentro de Río Abierto.
Aunque es transversal a todas las horas y actividades que realizamos, es decir, que está en todo lo que hacemos en Río Abierto, lo encuadramos, dentro de la formación, en sesiones específicas, semanales y/o fines de semana, y también en un espacio intensivo prolongado como es La Semana del Encuentro.
Sea como fuere el formato, su potencia tiene que ver con la continuidad, que permite mantener y profundizar lo que se va trabajando en los talleres intensivos de fines de semana y residenciales de la Formación.
El contacto por parte del/de la alumno/a con la dimensión psicocorporal desde el primer intensivo produce una nueva experiencia y significado, una nueva dimensión e integración de lo que se vive como psicológico y como transpersonal.
Desde el Trabajo Sobre Sí podemos profundizar en la conexión de ambas esferas con un propósito de felicidad que no es otro que el del logro interior para sanar el alma: cuidar el cuerpo, escuchar el corazón y desplegar el Ser.
Cuando la persona Danza desde lugares nuevos de Atención, se abre la puerta al Despertar; comienza a pasar del estado de sueño, donde todo se repite mecánica e inconscientemente – lo que Gurdjieff llamaba «el ser humano máquina» –, a un estado de mayor Conexión interna, Observación y registro de Sí, de mayor lucidez.
Esto se va dando por la guía espontánea de lo que fluye en el cuerpo, con la música en sus múltiples frecuencias, el contacto con la respiración, con l@s demás, las sensaciones corporales y el flujo de emociones expresadas, que favorece habitar nuevos espacios, diferentes plásticas, nuevas tomas de conciencia, nuevas conexiones neuronales y nuevas respuestas para la vida.
El cuerpo se enciende, el corazón canta y la mente se despierta en la Danza del Yo Soy, del Somos Un@…
Cuando esto se da desde un compromiso de búsqueda y transformación, la autorregulación, tanto individual como grupal, fluye hacia ese Despertar.
Las personas intuyen, gracias a las ruedas guiadas, al trabajo libre, con parejas, tríos, y a los masajes entre otras actividades del proceso formativo, que la potencia físico-energética no es más ni menos que una punta de flecha que señala otras potencias, también dormidas, en el resto de los cuerpos: expresivo-emocional, intelectual, creativo-artístico y espiritual. Esto crea una curiosidad que alienta a la aventura a quien empieza a tener certeza de que va a descubrir nuevos territorios, desde la Alegría de quien toca, se toca a sí mism@ en lo más profundo de su alma.
Comenzamos a vibrar en la frecuencia de lo que Graciela Figueroa llama «El anhelo del Alma»…
Algun@s dicen: «me estoy encontrando diferente, más viv@, perdiendo el miedo a mostrarme, no sé muy bien qué es…»; hay confianza en la naturaleza del cuerpo en todos sus planos: entrega, rendición a la vivencia que se da, al momento, a los movimientos que nos atraviesan y a las Fuentes que se manifiestan: Vida, Amor y Luz, que va permitiendo una mayor Conciencia de Sí, sabiduría de esa danza de lo instintivo con lo sutil.
Además la persona entra en conexión con su grupo, en el vínculo con su terapeuta o terapeutas, conecta con el permiso, la escucha, el amor…, está en un círculo. Este círculo, naturalmente no es algo que sucede solamente a nivel físico. No se trata sólo de una forma de agruparse. Estar en este círculo significa entrar en un estado de ser que un@ comparte con otras personas que se encuentran en la misma búsqueda, la búsqueda de completud.
Este círculo, canal, es una verdadera bendición, y un maravilloso desafío ir pasando individual y grupalmente al próximo nivel, donde la persona está en contacto con la Observación de Sí y la Contemplación de Sí.
Una de las cosas para aprovechar y trabajar es observar cada cual su personalidad mecánica, es decir, la creación de esa máscara para funcionar en el grupo, al igual que en la vida, para evitar confrontar las verdades que nos cuesta ver. Es con el trabajo de las relaciones en el grupo como nos abrimos a un material también de incalculable valor, para desenmascarar el falso yo y potenciar nuestras cualidades esenciales, para ir de la identificación con la imagen a la identidad del Ser.
El grupo sostiene los momentos de pereza, de apatía ante las dificultades, las resistencias de alguna de las personas, compañeras de viaje. El vínculo entre ellas y/o con su terapeuta puede servir de tercera fuerza, para atravesar los miedos y transitar de la desgana al Recuerdo o de la desvalorización a la Confianza.
Lo que está sucediendo de esta forma, desde el movimiento en todos los cuerpos, es el despertar de una inteligencia más fina, desde una inclinación natural del corazón, de quien desde el coraje quiere aterrizar, volar, compartir, crear y co-crear…; tocamos el Amor en acción para soltar las corazas de la falsa personalidad y abrirnos a la personalidad creadora, al Ser…
Lo que cada un@ hace, un grupo hace, beneficia a sus integrantes y a l@s de otros grupos y, por ende, al resto de la humanidad.
«Siento que mi crecimiento se está produciendo a pasos agigantados y que la luz y la conciencia cada día están más presentes en mi vida. Experimento un profundo agradecimiento a la vida, a mis padres, a mi pareja, a mi hijo, a mis compañeros y a mis alumnos, a mis terapeutas y compañer@s de Río Abierto. Siento que ésta es la travesía más maravillosa del mundo que ni siquiera Ulises habría imaginado algo igual en su Odisea. Me acerco poco a poco a mi completud desde la calma y el amor a mí misma, sin fanatismos…». C.Hornero. Alumna Formación Jerez. Esencia y Polaridades.
Charo Fdez.